PORTALES

Un barco encallado.Temporal. Algo se muere.

13-06-1992

I

Un portal es una situación fronteriza. Entre.
Transición.



El mar es un misterio. 

Maravilloso, inmenso y desconocido. Una vez me dijeron que el humano llegó a la Luna, pero aún no conoce el fondo del océano. En junio de 1992 hubo un temporal grande que hizo encallar un barco en Portales, el Río Rapel. Ese día vi a mi tata luchar contra la tormenta y me asusté mucho porque sentí que le podía pasar algo. A los 5 años, todo parecía más drástico de lo que realmente era.

Un portal es una situación fronteriza. Entre.
Transición.

Las primeras imágenes que se fijaron en mi narrativa personal son las del día que murió mi abuelo. Era una doble celebración, del cumpleaños de mi papá y la compra de nuestra casa. Vino toda la familia y amigos. Mi tata murió sentado en la puerta de nuestra nueva casa una semana después de la tormenta.

Un portal es una situación fronteriza. Entre.
Transición

II

Pienso en la vaguada
Una nube liviana
Que viene del mar y lo cubre todo.


En los azules y grises
la humedad salada
y el olor a mar.


Pienso en la infancia,
En la complicidad que tenía con mi tata.


Pienso en los barcos encallados
y la fuerza tormentosa que los dejó ahí, inmóviles.


Pienso en mi papá, que ahora es el abuelo.


Pienso en sus propias tormentas con un nuevo barco.


Pienso en algo inmenso que preferimos no ver  por la complejidad que implica hacernos cargo.

Portales




Portales investiga la fragilidad de la memoria, los ecos que atraviesan generaciones y las huellas íntimas que moldean nuestra comprensión de la vida y la pérdida. La serie surge de eventos clave en la historia de mi familia: en 1992, una tormenta azotó Valparaíso, un barco quedó varado en la playa de Portales y mi abuelo falleció inesperadamente en la entrada de la casa que nuestra familia acababa de adquirir. Esa misma casa se convirtió más tarde en escenario de otra pérdida: en 2025, mi padre murió allí de un cáncer renal, un momento entrelazado con experiencias de infancia, memoria y herencia.

A través de fotografías analógicas, archivos familiares y fragmentos de videos caseros, Portales combina historias privadas y colectivas. La serie no sigue una narrativa lineal, sino que crea un espacio poroso donde memoria, ficción y duda se intersectan. Examina cómo los desafíos profundos, a menudo invisibles—como la enfermedad, el duelo o patrones heredados—permanecen presentes, aunque rara vez se confrontan por completo, exigiendo coraje y responsabilidad para ser reconocidos.

El barco varado en la playa de Portales, abandonado durante meses y luego convertido en un paseo familiar popular, funciona como una metáfora de estas fuerzas inmensas y complejas. En este sentido, el trabajo refleja tanto lo personal como las formas colectivas de afrontar lo que no podemos controlar por completo.

El título tiene un doble significado: evoca la costa de mi infancia, un paisaje marcado por la memoria, y alude también a portales: umbrales y espacios entre la vida y la muerte, el recuerdo y el olvido, la infancia y la adultez. Portales invita a reflexionar sobre cómo la memoria se transmite—con fidelidad o de manera errática—y cómo moldea no solo la vida individual, sino también nuestra experiencia colectiva.













Portales



Portales investigates the fragility of memory, the echoes that ripple across generations, and the intimate traces that shape our understanding of life and loss. The series emerges from key events in my family history: in 1992, a storm overtook Valparaíso, a ship ran aground on Portales beach, and my grandfather passed away unexpectedly in the doorway of the house my family had just acquired. That house later became the scene of another loss: in 2025, my father died there from kidney cancer, a moment intertwined with my own experiences of childhood, memory, and inheritance.

Through analog photographs, family archives, and fragments of home videos, Portales blends private and collective histories. The series does not present a linear narrative but rather a porous space where memory, fiction, and doubt intersect. It examines how profound, often invisible challenges—like illness, grief, or inherited struggles—remain in view yet are rarely fully confronted, requiring courage and responsibility to acknowledge.

The grounded ship on Portales beach, abandoned for months and later transformed into a popular local outing, serves as a quiet metaphor for these immense, complex forces. In this sense, the work reflects both the personal and social ways we navigate what we cannot fully control.

The title carries a double meaning: it evokes the seaside of my childhood, a landscape forever marked by memory, while also referring to portals—thresholds and spaces in between life and death, remembering and forgetting, childhood and adulthood. Portales invites reflection on how memory is transmitted—sometimes faithfully, often erratically—and how it shapes not only individual lives but also our collective experience.














Portales

Portales investiga a fragilidade da memória, os ecos que atravessam gerações e as marcas íntimas que moldam nossa compreensão da vida e da perda. A série surge a partir de eventos-chave na história da minha família: em 1992, uma tempestade atingiu Valparaíso, um navio ficou encalhado na praia de Portales e meu avô faleceu inesperadamente na entrada da casa que nossa família havia acabado de adquirir. Essa mesma casa mais tarde se tornou palco de outra perda: em 2025, meu pai morreu ali de câncer renal, em um momento entrelaçado com experiências de infância, memória e herança.

Através de fotografias analógicas, arquivos familiares e fragmentos de vídeos caseiros, Portales combina histórias privadas e coletivas. A série não segue uma narrativa linear, mas cria um espaço poroso onde memória, ficção e dúvida se entrelaçam. Examina como desafios profundos, muitas vezes invisíveis—como doença, luto ou padrões herdados—permanece presentes, ainda que raramente enfrentados por completo, exigindo coragem e responsabilidade para serem reconhecidos.

O navio encalhado na praia de Portales, abandonado por meses e depois transformado em passeio popular, funciona como metáfora dessas forças imensas e complexas. Nesse sentido, o trabalho reflete tanto o pessoal quanto as formas coletivas de lidar com o que não podemos controlar completamente.

O título tem um duplo sentido: evoca a costa da minha infância, uma paisagem marcada pela memória, e também remete a portais: limiares e espaços entre a vida e a morte, lembrança e esquecimento, infância e vida adulta. Portales convida à reflexão sobre como a memória é transmitida—com fidelidade ou de forma errática—e como molda não apenas a vida individual, mas também nossa experiência coletiva.